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MANEGUA

RESPUESTA PARA JORGE RAMOS , PERIODISTA DEL DIARIO DE NUEVA YORK

En la edicion digital del 25 de enero de este año del Diario de Nueva York, el periodista Jorge Ramos publicó un artículo titulado: MIAMI SIN CASTRO-UN DESCANSO MERECIDO, en el que habla de lo que él llama el exilio, del desespero que hay en la ultraderecha de esa ciudad para que se produzca la muerte de Fidel Castro, de la democracia, de los temores que hay alli de que en lsla la poblacion no se levante contra el Gobierno, aprovechando la situacion de salud del Comandante en Jefe.

Lo primero que debo preguntarle es lo siguiente: A qué llama Jorge Ramos el exilio? Esa palabra ha sido y es utilizada machacadamente por los medios de difusión de Miami y la gran prensa norteamericana e internacional para denominar a todo nacido en Cuba y que viva en el extranjero. En todo caso, es cierto que existe una porción de esos cubanos, que teniendo ya, en el caso específico de Estados Unidos, la ciudadanìa norteamericana, que no pueden volver a la Isla, por haber cometido alguna acción contra Cuba, por lo que no reciben el aval de ingresar al pais. Entonces, podemos ubicar a todo cubano que viva en Estados Unidos con el calificativo de exiliados? No porque miles de ellos han venido y vienen a la Isla y aquí no lo esperan las autoridades aduaneras para arrestarlos, como correspondería a un exiliado que se marchó por lo que considera razones políticas y que fuera un perseguido o que hubiese peligro para su vida. Allá los llaman exiliados y entran aquí tranquilamente.

Si no vienen mas se debe a las absurdas medidas que contra la reunificación familiar ha tomado el señor Presidente de los Estados Unidos, que ha hecho una nueva clasificacion de los núcleos familiares.

Señor Ramos, qué esperaban en Miami, Washington y otros sitios con la ausencia de Fidel al frente del Pais? Manifestaciones contra contra el Gobierno? Rebelión en las unidades militares? Cuba paralizada ante la ausencia del Comandante en Jefe? Nada de eso ha sucedido Ramos y no se debe al temor, la represión y al miedo, de debe a algo que usted, desde esa posición arrogante, jamás va a entender.

Pero no puede quejarse, celebraciones ha habido y a todo trapo por la enfermedad de Fidel. Donde? Allí en Miami, y eso es comprensible en esa ciudad y en otras, donde algunos creen que la Revolución es Fidel y nada mas, ignorando de manera intencional o por ceguera política, que Fidel y el pueblo son una misma cosa, y cuando hablo de pueblo no me refiero a los cuatro gatos de la fabricada, inútil, solvente, manipulada y traidora de la l´´oposición interna´´, cuya sede se encuentra para desverguenza de Estados Unidos, en la Oficina de Intereses norteamericana en La Habana.

Si en Miami y donde no es Miami hay decepción por la existencia de Fidel, aún convaleciente y enterrado miles de veces por personas de allí, eso es asunto de los que así se puedan sentir, y deseo creer que no es usted uno de ellos, pero el Comandante no ha muerto.

Dice usted que nadie se atreve a hablar aquí de manera pública de la salud de Fidel. Esa afirmación suya pone al descubierto su ignorancia de la realidad cubana, porque solo se alimenta de las fuentes que desde aquí y desde Miami dan al mundo la imagen por la que cobran los llamados ´´periodistas independientes´´, que ni son periodistas ni son independientes. Aquí se habla de la salud del Comandante en los ómnibus, en los centros comerciales, en los bares, en las funerarias, en las fiestas, en cualquier lugar. Quién le habrá desinformado?

Si no hay celebraciones frente al restaurante Versalles en la calle Ocho, asunto de los nostálgicos, de los agoreros de la muerte, pero bien podrían brindar, si fueran realistas, por la derrota de Bush en Iraq. La democracia. Qué palabras mas utilizada por aquellos que no la respetan, por aquellos que la hacen añicos todos los dias. Fue democrático aquel hecho que protagonizó uno de los halcones de entonces, Oliver North, de enviar ilegalmente armas a la contra nicaraguense en aviones que al regresar a Estados Unidos, iban cargados de drogas para venderselas a los negros de Los Angeles, California? Fue democrático exterminar a bombazos a aquel barrio de la capital panameña, donde murieron miles de personas, según investigadores de esa nación, con el solo afán de capturar a Manuel Antonio Noriega?

Fue democrática, utilizando mentiras, la decisión de atacar, invadir, destruir a una nacion y a su cultura y lo mas triste, provocar con esa acción la muerte de casi un millón de civiles en Iraq?

Será democrático abandonar a su suerte a los negros pobres y a los blancos pobres de Nueva Orleans, damnificados por el huracán Katrina?

Será democrático permitir que grupos de terroristas vivan tranquilamente en Miami por el solo hecho de expresar que luchan contra Cuba? Es eso democrático, legal ?, Será democrático el hecho de no acusar a Luis Posada Carriles por lo que realmente es, un asesino, y no como un simple indocumentado? Quisieran los espaldas mojadas recibir el trato que recibe ese criminal.

Será democrático que Ileana Ros Lethinen y Lincoln Díaz Balart siendo congresistas de Estados Unidos y violando las reglas éticas que ese Parlamento dice respetar, hayan pedido, de manera pública, en la televisión el asesinato de Fidel?

No le voy a responder acerca de la vil comparación que hace entre el asesino, genocida y ladrón Augusto Pinochet y el Comandante. Los pueblos de Nuestra América ya han establecido las abismales diferencias que separan al humanista Fidel y al criminal Pinochet. Y si tiene duda vaya por las aldeas, por los cerros de América Latina y pregunte.

El señor Presidente Bush ha dicho en repetidas ocasiones que aquel que cobije, alimente, ayude, financie, a un terrorista es tan terrorista como ese al que da la mano, y aquí usted se presenta tal y como es, asume, con la honestidad que su ceguera política le permite, que está con aquellos, los de Miami, es decir, con José Basulto, con Ileana, con Lincoln, con Posada Carriles, con Orlando Bosch Avila. Y todos esos, señor Ramos, tienen las manos manchadas de sangre.

A pesar suyo, Cuba con su pueblo al frente seguirá su camino, que no es el de las torceduras, de las curvas, de las sinuosidades y eso está demostrado, seguirá en el camino recto, correcto, el que nos hemos dado, y del que nadie, lea bien, nadie, por poderoso que sea, nos hará abandonar. 

 

LA ILEGALIDAD COMO HERRAMIENTA PARA LA SUBVERSION

Como cubano ya no sé qué pensar cuando descubro al amanecer de cualquier día, que el Gobierno de Estados Unidos de América ha implementado nuevas medidas para lograr el innoble fin de destruir el sistema social imperante en la Isla.

Para cualquier ciudadano resultaría ofensivo saber que un gobierno extranjero pretende imponerle qué ver, en la televisión y qué escuchar en la radio, con matices evidentemente injerencistas, violando la soberanía del país agredido, con el objetivo de subvertir el orden establecido.

Creo que toda la política del Gobierno de Estados Unidos contra Cuba es ilegal, pues se ha basado desde sus inicios en el afán de hacer desaparecer a la Revolución Cubana, por constituir un elemento disonante en el continente teniendo en cuanta la justicia social que se ha generado desde el primero de enero de 1959.

Por ello, la ilegalidad ha presidido todas las acciones emprendidas por Washington, en las que el garrote ha estado presente como arma de disuasión y de presión, dirigida hacia aquellos que intentan desprenderse de la tutela norteamericana.

Ilegal es el bloqueo económico, financiero y comercial, que desde hace casi medio siglo se impuso contra el pueblo cubano, tratando de asfixiar una economía que en aquel entonces dependía extraordinariamente del vecino del norte.

Jugaron esa despreciable carta para exacerbar ánimos en el pueblo contra el Gobierno, a tenor de las limitaciones que ese bloqueo generó en la vida de la nación, pero se equivocaron en aquella ocasión, como se han equivocado en las subsiguientes, ya que no tienen en cuenta el pensamiento de la mayoría de los que habitamos el país.

Pensaron que el pueblo se sublevaría contra el Gobierno Revolucionario debido a la escasez de vitales recursos para el funcionamiento de la nación, pero ante esa agresión que sigue siendo el bloqueo, el pueblo no solo resistió, sino que encontró vías para enfrentar el ataque y avanzar.

Ilegal también fue el artero acto de la invasión por Bahía de Cochinos en abril de 1961, pues no había una guerra declarada entre Cuba y Estados Unidos, pero que sirvió, a pesar de las pretensiones del Gobierno de Washington, para que el mundo conociera de las aviesas intenciones de aquel bárbaro hecho que contó con la asesoría, el financiamiento y la logística del ejército norteamericano.

Hay más ilegalidades cometidas por Washington contra el pueblo de Cuba tales como la organización y armamento de las bandas de contrarrevolucionarios en El Escambray, en el centro de la Isla, las que cometieron horrendos crímenes, como los del alfabetizador Manuel Ascunce Domenech y su alumno, el campesino Pedro Lantigua.

Ilegal, por parte del Gobierno de Estados Unidos de América, es utilizar a su Oficina de Intereses en La Habana, como bastión de la contrarrevolución en la Isla, donde se imparten órdenes, orientaciones a los grupúsculos de traidores, empeñados y empecinados en hacer realidad los propósitos desestabilizadores y anexionistas de las administraciones norteamericanas en relación con Cuba.

No hay nada transparente en la política del vecino del norte hacia Cuba, todo se basa en la ilegalidad, en lo ilegítimo, y otra prueba es el otorgamiento de los 80 millones de dólares para ese plan de transición para una Cuba Libre que auspicia la administración de George W. Bush.

Ese dinero, sustraído de los bolsillos de los contribuyentes norteamericanos, sirve para mantener a una caterva de vagos en Cuba, que cada mes esperan las migajas que la bien denominada Mafia de Miami, permite que lleguen a las manos de esos falsos informadores, que no son ni periodistas ni independientes.

Pero una de las últimas decisiones de ese Gobierno de Estados Unidos radica en la posible utilización de emisoras comerciales de radio y televisión para sus fines propagandísticos, un arma de las pocas que le pueden quedar en el maquiavélico arsenal destinado a la destrucción de un país.

Radio y Televisión Martí, aparte de ofender diariamente a nuestro Héroe Nacional, son ilegales, pues transmiten hacia una nación con el declarado objetivo de derrumbar su sistema social, algo no hizo Washington para destruir el oprobioso apartheid que el Gobierno de Sudáfrica utilizó para reprimir a la mayoritaria población negra de ese país.

Tampoco Washington usó esos medios para combatir a las dictaduras de Somoza, en Nicaragua, la de Trujillo en República Dominicana, la de Duvalier en Haití, ni la de su hoy extinto ahijado Augusto Pinochet en Chile, ni la de los generales argentinos, ni la de Uruguay. Por qué entonces Cuba?

La ilegalidad forma parte de las mismas esencias del actual Gobierno de Estados Unidos, y eso el pueblo de ese país debe saberlo, porque le arrebataron unas elecciones en sus narices y que la Corte Suprema de Justicia magnificó de manera irracional legitimando una acción que ensombrecerá para siempre a la democracia norteamericana.

Algún día el pueblo norteamericano sabrá de estos desmanes, de esas ilegalidades, que permiten la existencia de una mafia de ladrones, que en Miami le ha succionado el sudor de su trabajo, su riqueza, para tratar de alcanzar el imposible sueño de destruir a la Revolución Cubana.

Por último, la pretendida utilización ahora de emisoras comerciales de radio y televisión, descubre algo que no debe soslayarse: esa decisión es hija de la DERROTA  y el FRACASO, Porque entonces para qué el globo destinado a la humillante Radio Martí, para qué el avión destinado a la transmisión de la ultrajante Televisión Martí?